lunes, 20 de agosto de 2007

LA FUENTE DEL SOL

Aparte de los signos, son evidentes los cambios del fuego solar en otras circunstancias. A veces se contempla la corona desde el punto de vista del que quiere huir hacia la otra orilla, del que, preso del mar, aúlla al viento los nombres de todas las llaves de su celda. Pero el más brillante es el esculpido en la boca del danzante, el acogido por los rayos del alba. Qué fértil se vuelve la vida delante de los señoríos naturales, de piedra y planta, de agua y fuego. Las teorías del mundo cobran forma las tardes de bienestar y acogedora fluidez del tiempo, así nacen los himnos a lo sagrado y la floresta inunda los recovecos de la tierra. Entre el agua y el cielo solo hay luz, me extraña que les confundan las sombras. El disco solar navega distante en el firmamento marítimo, y los pueblos antiguos se recogen en sus chozas de piedra, todo ya es todo.

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