Los orbes de luz no abundan. Son artefactos raros y complejos por lo que pocos acceden a sus conocimientos. Quién manipule un orbe de luz experimentará una condición de extrema frialdad seguida de visiones y otras alteraciones del cuerpo. Cuídese de no alternarlo con entes de naturaleza oscura pues el desastre puede ser atroz; le es imposible manipularlo a demonios, espectros y brujos pues sus esencias son contrapuestas. Es necesario asimismo un espíritu firme y nunca sobrará algún amuleto consagrado por espíritus naturales.
Con él la vida se vuelve ordenadamente clara, y el orbe canta las respuestas que pregunta el mago. El orbe es calor para el cuerpo y alegría para el alma.