Canta en voz baja pero profunda. Cuenta secretos que los hombres se empeñaron en olvidar pues su fuerza es la de la propia naturaleza salvaje. Guarda miedos entre su carne, mueve tempestades con sus cabellos, propaga la locura y la muerte con una sola sonrisa. Crece la hierba bajo sus pies mojados, sus manos dan el aliento al barro primigenio y en su vientre se gestan los mundos. Mujer, madre, dios y demonio; la voz que nos habla desde el fin y el principio.
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